¿Welcome Refugees?
Quizás la historia que leas a continuación pienses que es de ciencia ficción, pero se trata de la vida de alguien como tú y como yo, de carne y pixel, pero que le tocó nacer al otro lado del charco.
Piruliin nació y creció en Plateada, una ciudad creciente gracias a los excavadores, donde sus gentes por culpa de las temperaturas intempestivas, viven en grandes casas resguardados del frío.
Por todos es sabido que los trigueños necesitan del sol, de las buenas temperaturas para vivir, y nuestro Piruliin decidió abandonar su buena vida en Plateada y lanzarse en patera a la mar en busca de la felicidad.
Después de días navegando en los que las malas lenguas dicen que tuvo que beber de su propia orina para no deshidratarse, divisó a lo lejos una playa, él aun no lo sabía pero era Maiame.
Piruliin comprendió que no estaba en ciudad amiga y que hacerse un hueco allí no iba a ser fácil.
Para poder llevarse un bocado a la boca para paliar el hambre de sus entrañas, empezó a vender discos en la playa, grandes recopilaciones como: "El Trap de Ayer y Hoy Vol.III" "Caribe Mix 1998" y "El Fary Grandes Éxitos".
Estos cedés no cuajaron en la población de Imperial y lo poco que tenía Piruliin para subsistir se esfumó como sus posibilidades de prosperar en aquella ciudad.
Dicen que se le vió rebuscar en la basura para probar bocado, todo lo que encontraba era bueno para engañar a su estómago: botas de cuero, papas caducadas e incluso carne de zombi.
Intentó buscar jobs de agricultor, pero la suerte no le acompañaba. Los mursianos dieron un golpe de estado y estaban monopolizando toda la agricultura de la zona a cambio de unas míseras esmeraldas y Piruliin sabía que no podía competir con ellos.
Se le vio varias noches intentando ofrecer servicios nada #Pegi7 para dormir en caliente, incluso intentando colarse en casa ajena para resguardarse de la hostilidad de la noche.
Unos rumores dirán que fue porque es negro, otros que por exPlateado, pero la verdad es que como nos confirmó él mismo pasó varias temporadas en la cárcel. Pidió expresamente que le dieran la celda 5 y, por primera vez desde que salió de su Plateada natal, sintió que estaba en el lugar que le correspondía.
Tras varios episodios negros en las duchas donde él mismo se llevaba la pastilla de jabón que tiraba al suelo para tener contacto humano, su etapa en la cárcel se terminó, cumplió sus condenas y pagó algún que otro carbón para intentar limpiar su nombre.
Piruliin comprendió que quizás Imperial no era para él, que su trigueño no era aceptado, que sus cedés de trap no tenían su público allí y decidió coger la patera con la que desembarcó en Maiamey poner pies en polvorosa a su tierra natal, donde sus gentes no tenían tantos prejuicios.
Dicen que si te pones en la orilla de Maiame al lado del embarcadero en las puestas de sol, puedes escuchar el remar de alguna embarcación que pasó por ahí con sus sueños aún sin corromper.
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